Porque saber envejecer es la obra maestra de la Vida, y una de las cosas más complicadas del dificilísimo arte de Vivir!!. -Henri Frédéric Amiel-
domingo, 21 de agosto de 2016
LOS OVARIOS
LOS OVARIOS
"Ella canta inspirada en el conocimiento de los ovarios, un conocimiento que le viene de lo más profundo del cuerpo, de lo más profundo de la mente, de lo más profundo del alma."
CLARISSA PINKOLA ESTES
Desde el punto de vista de la medicina energética, los ovarios son el equivalente femenino de los testículos masculinos. Se pueden considerar los «cojones femeninos», porque representan exactamente eso mismo en el mundo. Cuando un hombre se lanza al mundo a realizar actos de dificultad o valor que requieren manipular el mundo exterior, de cosas o personas, se dice que «tiene cojones». Para salir al mundo una mujer, particularmente a un mundo orientado a los hombres, necesita «tener cojones», pero ella debe usar su energía ovárica. No deberá tratar de imitar al hombre, porque su relación con el mundo exterior puede afectar adversamente a sus ovarios y su campo energético. Para mantener la salud necesita aprender a usar sus «cojones» de un modo favorecedor de la vida. Nuestra sabiduría ovárica representa nuestra creatividad más profunda, ésa que espera nacer de nuestro interior, ésa que sólo puede nacer a través de nosotras, nuestra capacidad creativa única, sobre todo en cuanto se relaciona con lo que creamos en el mundo exterior. Biológicamente, cuando una mujer ovula, el óvulo atrae hacia él el espermatozoide enviándole una señal. El óvulo se limita a esperar que llegue el espermatozoide, no lo busca activamente. La creación biológica resultante, un bebé, tiene su propia vida y su propia conciencia conectadas a las de su madre, pero también separadas de ellas. Aunque la madre influye profundamente en su desarrollo y su crecimiento, estos están al mismo tiempo separados de ella. La madre no puede usar su voluntad para obligar a su bebé a crecer más rápido; tampoco puede usar su voluntad para determinar cuándo va a nacer. Y una vez que el bebé nace, ella debe reconocer que tiene y siempre tendrá una vida y una personalidad propias, aun cuando haya sido creado de su carne y su sangre. De modo similar, todas las creaciones que proceden de lo más profundo de nuestro interior, de nuestra sabiduria ovárica, sean bebés, libros u obras de arte, tienen una vida propia que tenemos la responsabilidad de iniciar y permitir, pero no de controlar. No podemos forzar nuestra creatividad más profunda. Hemos de darle tiempo y espacio para desarrollarse y crecer en armonía con su propio ritmo interior. Como las madres biológicas, en cuanto mujeres debemos estar abiertas a la unicidad de nuestras creaciones con sus energías e impulsos propios, sin tratar de obligarlas a tomar una forma predeterminada. Nuestra capacidad de ceder a nuestra creatividad, de reconocer que no podemos controlarla con el intelecto, es la clave para comprender nuestro poder ovárico.
Clarissa Pinkola Estes.-
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